Maria Elena Morera - El Siglo de Torreón
Las históricas incautaciones de más de 70 millones de litros de hidrocarburos en apenas nueve meses contrastan con los 46 millones asegurados en todo el sexenio anterior. Estas cifras confirman que las investigaciones reveladas hace unos días son apenas la punta del iceberg de la corrupción institucional de 2018 a 2024.
El escándalo nada tiene que ver con huachicoleros que venden gasolina en bidones en las carreteras. Se trata de una red institucional dentro de la Secretaría de Marina, encabezada por funcionarios de alto rango, empresarios y servidores públicos de otras dependencias. La ordeña de ductos le cuesta al país unos 20 mil millones de pesos al año, pero el huachicol fiscal puede alcanzar 177 mil millones, casi diez veces más.
El martes 9 de septiembre, Claudia Sheinbaum inició el mayor golpe a la corrupción en años, con la detención de 14 personas, entre ellas el vicealmirante Manuel Roberto Farías Laguna, sobrino político del exsecretario de Marina Rafael Ojeda Durán. Junto con su hermano Fernando, prófugo, decidían contratos millonarios y ascensos dentro de la institución. El entramado no solo defraudó a México, también se vincula con asesinatos de quienes intentaron frenarlo, como el contralmirante Fernando Rubén Guerrero Alcántar, que lo denunció. Como lo señala Héctor de Mauleón, "la cloaca apenas comienza a destaparse" y en los últimos días hemos conocido de otros crímenes vinculados al caso.
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