Por: Jorge A. Castañeda Morales - El Economista
Hace tres semanas, la Red de Control de Delitos Financieros (FinCEN), organismo del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, anunció sanciones contra CI Banco, Intercam Banco y Vector Casa de Bolsa. Ahora que empieza a disiparse el polvo, es posible analizar las implicaciones, no solo para las instituciones sancionadas, sino para el sector financiero y empresarial mexicano.
En primera instancia, podría parecer un caso aislado y de importancia focalizada. Ninguna de estas tres entidades es sistémica: Intercam y CI Banco concentran apenas una pequeña fracción de los depósitos y créditos del país, operan principalmente en segmentos específicos y no representan un riesgo sistémico para la estabilidad del sistema financiero. CI Banco sí era el principal fiduciario del país —un rol clave por la cantidad de instrumentos y contratos que se realizan a través de este tipo de vehículos, particularmente los CKD, utilizados por las Afores— pero el daño está contenido y, aunque el trámite puede ser engorroso, estos contratos se pueden trasladar a otras instituciones públicas o privadas. Por su parte, Vector Casa de Bolsa, aunque tiene cierta relevancia entre las casas de bolsa independientes, está lejos de figurar entre las instituciones bursátiles de mayor impacto en México.
No hay comentarios:
Publicar un comentario