Opinión de Claudio Ochoa - El Universal Online
Imagínense que ustedes estudiaron para ser mecánicos de coches, trabajan en un taller especializado en frenos y balatas. De pronto, un día el dueño de ese negocio decide que cambiaron las reglas y que debido a la demanda de servicio ahora ustedes tendrán que atender vehículos de la Fórmula Uno con un sistema y un diseño completamente distinto con el que nunca habían explorado y para el que nunca se habían preparado.
¿El párrafo anterior suena ilógico y a la vez peligroso? ¿La Fórmula Uno tendría razón en reclamarle al taller y a los mecánicos por meter mano donde no son expertos? ¿Podría buscar una demanda? Ambas respuestas son: Sí.
Ahora trasladen ese ejemplo a los hospitales del IMSS, específicamente a las unidades de segundo nivel. El pasado 3 de junio, el Instituto Mexicano del Seguro Social emitió un oficio a través de la Dirección de Prestaciones Médicas. Es el número 2660/0126, dirigido a la Coordinación de esos hospitales.
El documento al que tuve acceso y que está dirigido a los órganos de operación administrativa estatales, regionales y de la Ciudad de México argumenta que “las Unidades de Cuidados Intensivos en los hospitales de segundo nivel tienen como propósito brindar atención médica especializada que no puede ofrecerse en otras áreas de hospitalización dirigida a pacientes en estado crítico con patologías diversas”.
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