Mauricio Flores - La Razón de México
Como si no hubiese final, lo que ya es una mala y trágica en la compra de medicamentos e insumos para la salud del sector público, la nueva es que el subsecretario del desbasto metió en un berenjenal al Instituto Mexicano del Seguro Social con un modelo de compra -que muy probablemente se intentará extender a otras instituciones- que pulveriza a niveles de botica el suministro que tendría que ser a gran volumen por un periodo de dos años: compra de unos cuantos tipos de medicinas e insumos, a nivel regional y no nacional, a un precio tope establecido desde las oficinas de Eduardo Clark.
El modelo aplicado para las 37 delegaciones del más noble instituto de seguridad social del país es que se compren 15 claves médicas con un precio máximo o “precio tope” en volúmenes establecidos, como en el caso del ácido acetilsalicílico (sustancia activa de las aspirinas) a volúmenes de 20 mil piezas… pero con la limitación legal de que ninguna delegación puede gastar por semana más de un millón de pesos en el listado de productos con precios tope.
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