Samuel García - El Sol de México
Hoy en día, el crimen organizado y la inseguridad es el gran tema de la economía mexicana. Está detrás de los aranceles de Trump, de las malas finanzas de Pemex, del alza en algunos precios agrícolas, y del estancamiento de la inversión. Es prácticamente imposible hablar de estos y otros asuntos económicos sin hacer referencia a la actividad criminal en el país.
Ayer, dos influyentes medios extranjeros pusieron el dedo en el tema. El Financial Times publicó un reportaje describiendo con detalle las amplias y sofisticadas redes de contrabando de gasolina y diésel, por mar y tierra, que financian a los cárteles mexicanos. Aprovechando las políticas de importación y con sobornos, coerción y violencia los cárteles -dice el diario- inundan el mercado mexicano con diésel y gasolinas baratas que podrían alcanzar el 27% del consumo nacional de combustibles, convirtiéndose en su negocio más lucrativo después de las drogas, según refiere el Tesoro estadounidense. Un “negocio” de esas dimensiones no ocurre sin la participación de autoridades y funcionarios públicos de todos los niveles.
El asunto que publicó el diario británico ha sido señalado en varias ocasiones por altos funcionarios del gobierno de Donald Trump, entre ellos Scott Bessent, secretario del Tesoro y una de las figuras más respetadas por la comunidad financiera internacional, quien lo denunció hace un mes. Trump ha condicionado la negociación comercial con México al combate al crimen organizado, como lo recuerda el diario británico.
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