Samuel García - El Sol de México
Si algo ha caracterizado al gobierno anterior y al actual son sus decisiones preestablecidas, sin posibilidad de discusión, y menos de cambio. Un rasgo que también ha adoptado la Junta de Gobierno del Banco de México.
El más reciente ejemplo de la verticalidad en las decisiones políticas ha sido la elección de quienes ocuparán los altos cargos en el Poder Judicial de la Federación a través de los ya famosos “acordeones”, que “guiaron” la decisión de los electores. De antemano, sabíamos quiénes serían los elegidos desde el poder político.
En la Junta de Gobierno del Banco de México está sucediendo algo similar. De antemano, más allá de lo que ocurra dentro o fuera del país, los inversionistas tienen un alto nivel de certeza de cuál será la decisión que tomarán, por lo menos, la mayoría de los cinco miembros de la Junta de Gobierno.
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