- Es una locura que millones de personas hayan depositado sus esperanzas en un hombre que ha demostrado repetidamente su desprecio por las instituciones democráticas y por amplios sectores de la población.
Por Karolina Gilas - Proceso
La noche del martes 5 de noviembre de 2024, Donald Trump pronunció estas palabras —“¿No es una locura?”— en su discurso de victoria. Y sí, lo es. Es una locura que un expresidente con 34 cargos criminales, que intentó revertir una elección y lideró un intento de golpe de Estado, que ha pasado los últimos años insultando abiertamente a mujeres y minorías, haya conseguido no sólo ganar la presidencia, sino liderar una victoria republicana en prácticamente todos los frentes. El Partido Republicano, moldeado y controlado por Trump, obtuvo la mayoría de los escaños en el Senado y con toda probabilidad tendrá también la mayoría en la Cámara de Representantes.
Los números son devastadores. Kamala Harris obtuvo aproximadamente 15.3 millones de votos menos que Biden en 2020. Trump perdió solo 3.2 millones. Vista así, ésta no es la historia de un resurgimiento trumpista, sino del colapso de la coalición demócrata. Y en el centro de este colapso está una verdad incómoda: la sociedad estadounidense no está lista para ciertos cambios, o al menos, no de la manera en que los demócratas los están proponiendo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario