Por Redacción - El Economista
Alberto Aguirre
Los problemas del país quedaron en segundo plano
Las deficiencias técnicas en la conducción, transmisión y producción del primer debate presidencial fueron notables, para mal.
La mala actitud de Claudia Sheinbaum y la afonía de Jorge Álvarez Máynez también deslucieron este encuentro, donde prevaleció la polarización y un estilo de hacer política que sólo abona a la apatía y a la desesperanza.
Los candidatos evitaron referirse directamente a Andrés Manuel López Obrador y ese fue otro de sus deméritos.
Los problemas del país quedaron en segundo plano y las acusaciones sobre la corrupción, inútiles. Ni Xóchitl Gálvez es tan ingeniosa, ni el abanderado emecista resultó tan vacuo.
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