- Los Estados de menor tamaño son más vulnerables a las crisis y eso les hace apostar por la innovación y el comercio. La baza de los incentivos fiscales también les sirve para generar riqueza
Francisco de Zárate - Madrid - El País
No es casualidad que las dos principales potencias del mundo se cuenten también entre las naciones más extensas del planeta. En la carrera por la prosperidad, tanto China como Estados Unidos han sabido aprovechar la variedad de recursos naturales que su tamaño les otorga tanto como las economías de escala que sus trabajadores, contribuyentes y consumidores son capaces de generar.
Pero como demuestran Irlanda, Suiza o Dinamarca, el tamaño no es lo único que importa. Entre los tres países no llegan al territorio de Texas ni a la población de Shanghái, pero se distinguen por figurar en los primeros puestos del índice de desarrollo humano de Naciones Unidas. Sus casos no son excepcionales: otras naciones poco extensas o poco pobladas como Islandia, Dinamarca, Singapur, Bélgica, Finlandia, Nueva Zelanda, Noruega y Suecia también figuran en las 20 mejores posiciones en el indicador de la ONU.

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