Lorenzo Meyer - Diario de Yucatán
Desde antes de que hiciera su aparición en el escenario mexicano el Covid, ya la oposición y los medios de difusión se mostraban implacables en su crítica a la política económica y social del lopezobradorismo. Con la pandemia esa visión negativa adquirió tonos apocalípticos. Al final el país no se vino abajo pero ya no es el mismo.
Al aparecer el virus en 2020 el presidente no optó, como lo demandó el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), por condonar impuestos ni dar estímulos fiscales al sector empresarial, sino que decidió aprovechar la coyuntura para acelerar el arranque de su proyecto de largo plazo: dejar atrás el neoliberalismo y empezar a dar contenido al lema de “primero los pobres”. Y por eso se desoyó al CCE y, en cambio, se incrementó el gasto en salud pública, en programas sociales y de infraestructura. Se trataba de impedir que cayera el poder de compra de las bases de la pirámide social y generar, hasta donde se pudiera, el empleo propio de las grandes obras.
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