- Me preocupa que un objetivo de precios del 4% puede ser demasiado alto, pero el 3% casi seguro que no lo es
Paul Krugman - El País
La inflación ha descendido considerablemente. El precio de la gasolina está muy por debajo de su máximo de 1,3 dólares el litro. Como señalaba un informe reciente de la Casa Blanca, actualmente los precios de los alimentos, que se dispararon el año pasado, están bajando, y es posible que en los próximos meses bajen aún más.
Y todo esto ha ocurrido sin un gran aumento del desempleo. Pero, ¿hasta dónde llegará la “desinflación inmaculada”? ¿Nos devolverá al objetivo del 2% de la Reserva Federal?
No pregunten a los economistas. O, para ser más precisos, no nos pregunten a menos que estén dispuestos a verse envueltos en un debate enormemente tendencioso. Mi bandeja de entrada está llena de dictámenes convencidos de que la inflación desaparecerá pronto, así como de otros que declaran con la misma seguridad que volver al 2% requerirá una recesión y un periodo de desempleo mucho más alto. ¿Cuál es mi opinión? No lo sé. Pero me preocupa que hayamos pasado la parte fácil, y que lograr que la inflación baje del 3% al 2% sea mucho más duro que hacer que descienda del 10% al 3%.
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