- El economista de El Colegio de México publica un nuevo libro sobre las consecuencias de las profundas disparidades mexicanas y aboga por un mayor papel del Estado
Jon Martín Cullell - México - El País
Raymundo Campos Vázquez (42 años, Ciudad Victoria) era todavía un adolescente en el norte de México cuando unos campesinos encapuchados se levantaron en armas en Chiapas, en el otro extremo del país, para reclamar mayor justicia social. De repente, este hijo de contadores descubrió por los noticieros un país que desconocía. “Nunca había ido al sur y las imágenes del levantamiento zapatista supusieron una gran sorpresa”, recuerda el hoy economista. “Me empecé a cuestionar por qué había esas diferencias”.
Buscar una respuesta a esas imágenes de campesinos encapuchados empezó a roerlo por dentro. Sin embargo, en la licenciatura de Economía en el Tecnológico de Monterrey la discusión era otra. La caída de la Unión Soviética había desembocado en una ola de optimismo sin límites sobre el potencial del capitalismo para cambiar el mundo. México había firmado ocho años antes el Tratado de Libre Comercio con EE UU y Canadá. Se hablaba de eficiencia, de crecer y producir más. “La desigualdad se va a reducir sola”, recuerda Campos Vázquez que decían sus profesores.

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