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Amador G. Ayora - elEconomista.es
Los medios de comunicación nos hemos equivocado al juzgar la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE). Los titulares señalaban que la subida de 75 puntos básicos del jueves pasado era la mayor de la historia y un movimiento sin precedentes, dando a entender que se trataba de una decisión irrepetible. Y no es así.
La subida se quedó corta. Hay varios indicios en las palabras de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, y en los datos que ofreció que apuntan en esa dirección. Lagarde elevó del 6,8 al 8,1 y del 3,5 al 5,5 la previsión de inflación de la eurozona para este año y el que viene, respectivamente, a la par que admitió que quedaban hasta cinco incrementos en el precio del dinero.

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