- López Obrador ha cuestionado las malas prácticas, pero actúa ahora similar a ellas: madruguetes en las cámaras y alianzas con gobernadores impresentables por conveniencia política
López Obrador habla a los medios en los últimos meses de su campaña presidencial, en abril de 2018. HUMBERTO ROMERO (GETTY IMAGES)
Jorge Zepeda Patterson - El País
Tocamos fondo cuando el presidente electo Felipe Calderón, en respuesta a las irregularidades de su triunfo electoral, soltó el famoso “haiga sido como haiga sido” para restar importancia a la manera en que se llegó al poder y lo mucho que, una vez llegado a él, podría hacer para cambiar las cosas. No fue así, pero allí quedó el célebre eufemismo para justificar la búsqueda de una gloriosa meta, así sea mediante un execrable procedimiento. El fin justifica los medios, hacer mal para hacer el bien, infamias indignas en aras de la noble causa.
Por desgracia la historia ofrece un largo inventario de las crueldades y las abominaciones que se han cometido en nombre de paraísos no alcanzados. Las grandes causas, como el arco iris, suelen alejarse a medida que caminamos hacia ellas, pero lo que sí queda es un largo camino devastado durante el proceso de alcanzarlos.

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