- La sospecha de un pacto entre Morena y el presidente del PRI revoluciona la agenda política y despeja aún más el camino al partido de López Obrador
Carmen Morán Breña -David Marcial Pérez - México - El País
Adán Augusto y 'Alito' Moreno se dan un abrazo en la Cámara de Diputados, el 1 de septiembre. MARIO JASSO (CUARTOSCURO)Un abrazo ha precipitado una tormenta política en México. Sucedió el pasado jueves 1 de septiembre en el pleno del Congreso. El secretario de Gobernación, Adán Augusto López, llegó hasta la tribuna abriéndose paso entre saludos con los legisladores. Pero el más efusivo fue con Alejandro Moreno, el presidente del PRI. Ambos se abrazaron y se dijeron algo al oído rodeados por una nube de fotógrafos y la mirada del resto de congresistas. Fueron tan solo 15 segundos, pero todo el tablero político mexicano señala ahora esa escena tras la secuencia de hechos que se ha desencadenado después.
Ese mismo día, la Cámara nombra a los integrantes de la comisión instructora que decidirá sobre el proceso de desafuero como diputado para el presidente del PRI. Moreno ha sido acusado por la Fiscalía de Campeche de un delito de enriquecimiento ilícito y ha solicitado el desafuero. La llave para que se le retire la inmunidad parlamentaria y puedan entrar a fondo los jueces la tienen dos morenistas, un panista y un priista. Es decir, los votos de los diputados del partido en el Gobierno serán clave.

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