León Bendesky - Periódico La Jornada
Tres fenómenos interrelacionados enmarcan de manera palmaria al verano europeo que está en curso, sobre todo en la región sur, mediterránea. Uno es el calor extremo; otro la sequía y el tercero los enormes y devastadores incendios forestales.
Durante años se ha registrado un aumento de los eventos de clima extremo en Europa, tanto por su intensidad como por su duración. Esto se asocia mayormente con el cambio climático.
Un caso ejemplar es el de Gran Bretaña, donde a mediados de julio la temperatura llegó a 40 grado centígrados por primera vez desde que hay registros. Según el Met Office (el Servicio Nacional del Clima), este caso es 10 veces más probable en la situación climática actual que en lo que se considera un clima natural, no afectado por la influencia humana.
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