Leo Zuckerman - El Diario de Coahuila
Vaya fecha que escogió la vicepresidenta de Estados Unidos para visitar a México: un día después de las elecciones más grandes de nuestra historia. Es completamente previsible que los ánimos estén todavía caldeados por la competencia.
¿Será una coincidencia la fecha o algo planeado?
Si es lo primero, qué desafortunado. Alguien debió aconsejar que Kamala Harris viniera una vez que se tuvieran los resultados oficiales y calmado las aguas. Tan es así que ambos gobiernos decidieron cancelar la visita de la vicepresidenta al Senado por posibles protestas que habría en su presencia.
Si, en cambio, es planeado, la pregunta es para qué.
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