- Los países en crecimiento suelen entrar en cuellos de botella temporales que encarecen algunos productos
Paul Krugman - El País
La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, el pasado febrero. BRENDAN SMIALOWSKI / AFP
“Si llueve, a lo mejor tenemos que abrir el paraguas”, dijo la secretaria del Tesoro. “¡Dios mío, está pronosticando una lluvia torrencial!”, gritaron aterrados los expertos. Bueno, eso no es exactamente lo que dijo Janet Yellen el martes. Sus palabras exactas fueron: “A lo mejor los tipos de interés tienen que subir un poco para asegurarnos de que nuestra economía no se recalienta”. Su comentario no fue un pronóstico, y ciertamente no fue un intento de influir en la Reserva Federal, era simple sentido común.
Aun así, no debería haberlo dicho. La tradición dicta que la principal autoridad económica del país no debe pronunciar siquiera las verdades económicas más obvias, aunque sea una economista de primera, no sea que se interpreten como señales de… algo. Y los medios financieros se apresuraron a declarar que su comentario constituía un desvío escandaloso respecto a la línea oficial de la Administración de Biden.

No hay comentarios:
Publicar un comentario