Rolando Cordera - El Financiero
Por sus dichos y por los hechos con que amenaza embestir a la institución electoral y el presidente de su Consejo, Salgado se ha puesto fuera de la ley y en riesgo de incurrir en delitos penales.
Se ha dicho, pero hay que repetirlo: las invectivas desatadas por el gobierno y su Cuarta Transformación, haciendo coro al senador Salgado Macedonio, son inauditas e insólitas; indignas de una política democrática como la que muchos mexicanos queremos tener y decimos haber empezado a construir hace casi medio siglo.
Por sus dichos y por los hechos con que amenaza embestir a la institución electoral y el presidente de su Consejo, Salgado se ha puesto fuera de la ley y en riesgo de incurrir en delitos penales. No debería ser ni senador ni candidato a gobernar su sufrido estado y la insistencia del partido en el poder en sostenerlo como tal no hace sino agravar el panorama de desajuste y dislocación política mayúsculo que se abrió antes del 2018, con el desplome del PRI y su gobierno, y se ahondó a partir de entonces.
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