
Imagen: Market Watch.
Joan Rega - El Semanario Sin Límites
Es evidente que México vive una macro crisis de tres aspas. La crisis de la pandemia, la crisis económica y financiera, y la manifiesta y creciente crisis política. Las tres han sido aceleradamente agravadas por la incompetencia administrativa, operacional y de gestión del propio gobierno federal. La política unidireccional y unidimensional ha demostrado, desde hace más de treinta años, su impertinencia. Buena parte de los problemas de miseria, hambre, exclusión, falta de servicios y avasallaje de la Federación se fueron gestando en todo ese tiempo.
Bajo la conducta del “no pasa nada”, el tiempo oculta todos los males y la mejor política es la que se resuelve con dinero en mano; hicimos un país de clientes y concesiones. No es gratuito que los partidos y gobiernos en turno gobiernen con sus clientelas y reciban estridentemente el apoyo de los que detentan las concesiones públicas. Las ideas fijas, la exclusión y los gobiernos sectarios nos han llevado a esta situación de confrontación y caos. En tanto la sociedad anhela acomodaticiamente milagros.
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