domingo, 22 de marzo de 2020

EL ABANDONO DEL TIEMPO

Rolando Cordera - Periódico La Jornada

 De cara a una de las peores desgracias a las que el hombre, como especie, puede verse enfrentado, quienes en México seguimos creyendo en la práctica del análisis y la crítica como fundamentales para entender y abordar los asuntos públicos tenemos motivos para decepcionarnos o, simplemente, para rendirnos y arrojar la toalla. Ni el lenguaje ni los usos del poder constituido permiten el menor vislumbre, por no decir avance, en la comprensión racional de sus propósitos y razonamientos, el sentido de su discurso. Tampoco los quejidos que vienen de la oposición nos permiten suponer que, por lo menos, una alternativa semántica y retórica está en curso. Para qué hablar de la política propiamente dicha.
Asisto al espectáculo de la mañana del miércoles 18 de marzo y me topo con un Presidente que catequiza a sus interlocutores con la propuesta de que la mejor defensa que México tiene ante las amenazas del entorno es la honestidad, a pesar de la abrumadora evidencia de que es y será mucho lo que tengamos que hacer y aprender para evitar que la pandemia se torne holocausto. Para rematar su mensaje, López Obrador habla del detente y muestra una tarjeta a la usanza de aquellos cristeros quienes, con su escapulario, decían detente bala, detente porque el Corazón de Jesús está conmigo.

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