- La compañía señala que los consumidores pagarán el precio de las potenciales tarifas
El momento no podría ser más complejo. BMW ha inaugurado este jueves su primera fábrica de automóviles en México en plena crisis comercial con Estados Unidos (EE UU), justo cuando el presidente estadounidense amenaza con imponer aranceles a todas las importaciones mexicanas y cuando el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador negocia a contrarreloj para evitar que estos entren en vigor el próximo lunes. Ejecutivos presentes en la inauguración de la planta en San Luis Potosí, al norte del país, han quitado hierro a la coyuntura, aunque han advertido de que el peso de las tarifas recaerá sobre los consumidores estadounidenses y no tanto sobre los productores —en este caso, la propia BMW—.
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