- La expresidenta de Argentina está investigada por el reparto presuntamente discrecional de la obra pública durante su gobierno
Cristina Fernández de Kirchner se sentó al fin en el banquillo. Era la imagen que llevaban años deseando tanto el gobierno de Mauricio Macri como la Argentina antiperonista. El momento, sin embargo, resultó relativamente anticlimático: no hubo multitudes arropando a la expresidenta a las puertas del tribunal, porque ella rogó que nadie acudiera, y una vez en la sala se sentó al fondo, lejos de los otros acusados. Kirchner es acusada de formar parte de una asociación ilícita dirigida a conceder obra pública al empresario Lázaro Báez.
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