- La huida del ‘expresident’ sacude los planes de su partido y del conjunto del independentismo, al tiempo que amenaza con abrir una crisis diplomática
Carles Puigdemont ha pasado en una semana de ser un líder amortizado —incluso para su partido— a volver a tener en vilo la política catalana y española. Con su fuga a Bruselas, el expresident también se ha convertido en un factor desestabilizador para partidos e instituciones, incluso internacionales. El político, que siempre aseguró que se retiraría tras esta legislatura, quiere volver a presentarse a las elecciones, hacerlo desde su autoproclamado exilio y utilizar todas las herramientas para frenar la acción de la justicia.
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