Vuelvo a los dilemas de la reconstrucción, luego de una breve y desagradable visita al mundo raro de los partidos, con sus ocurrencias y humillaciones a la ciudadanía y su flagrante falta de respeto a los damnificados del sismo y a quienes perdieron seres cercanos y queridos. Mal rato y peor trato el que nos han hecho pasar los dirigentes políticos quienes ahora como rebaño al borde del precipicio tuercen la mirada hacia los despropósitos panistas. Primera o segunda estación, pero desde luego no la última y hay que hacer acopio de paciencia y prudencia para capear el temporal que viene, una vez que suene el disparo y empiece la gran carrera sucesoria.
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