martes, 15 de agosto de 2017

CONTROL S..A.

  • En la privatización de servicios esenciales, hay episodios que nos invitan a plantear si el modelo necesita una revisión profunda
David Trueba - El País
Los que hayan sufrido las colas en los accesos a embarque del aeropuerto de El Prat habrán tenido tiempo pero no ganas de pararse a reflexionar sobre la huelga de trabajadores de Eulen. Con la dinámica habitual, habrán pensando: ¿por qué tengo que pagar yo las reivindicaciones laborales de otros? Esta actitud comprensible esconde la incapacidad natural para ponernos en el lugar del vecino. Pero más allá de cómo acabe el conflicto y lo rápido que se restablezca un servicio normal, quizá tendríamos que pensar precisamente eso: ¿a qué llamamos normal? Porque la amenaza de que la Guardia Civil se hará cargo del control de acceso de los pasajeros viene a confirmar una duda que le asalta a todo viajero en los aeropuertos. ¿Pueden privatizarse los servicios de seguridad del Estado? El negocio ha sido evidente en las últimas décadas, con crecimientos muy notables, pero al final desemboca en el mismo conflicto que todos los servicios públicos básicos cuando son privatizados.

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