Javier Santacruz Cano - El País
El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha dado un golpe de timón a la política monetaria, aunque como siempre lo hace de una forma sutil y contentando al consenso de mercado.
En esta ocasión, el presidente Mario Draghi ha decidido empezar a poner fin a la política monetaria ultra-expansiva a la que ha sometido a la eurozona desde 2015 con unos resultados francamente discutibles: un exceso de liquidez en máximos históricos de 1,17 billones de euros, un sistema bancario donde no se ha llegado hasta sus últimas consecuencias en la valoración a precios de mercado de los activos dudosos y sus correspondientes provisiones o donde la fragmentación financiera de la Eurozona apenas se ha reducido con la ficción del dinero gratis.
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