Raymundo Riva Palacio - El Financiero
No hay minuto en los últimos días en que Ricardo Anaya aparezca sin una sonrisa dibujada en el rostro. El líder del PAN está eufórico: siete victorias en las elecciones para gobernador le dan razones para celebrar. Los panistas sumaron confeti con afirmaciones de que la sociedad había votado para echar al PRI por su corrupción y malos gobiernos, y que el PAN era en quien confiaban para dirigir sus destinos. Los números fríos le dan la razón. Sobre las cifras del PREP, el PAN incrementó su votación en 69%, que significa un millón 543 mil 894 votos más que en las elecciones federales del año pasado, mientras que el PRI, que mantuvo su voto duro, dejó de gobernar a 16 millones entre 2015 y 2016. Visto de esta manera, ¿cómo alguien impedirá que el PAN recupere la Presidencia en 2018?
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