Vuelvo sobre las pensiones porque, lo crean o no, tenemos un serio problema al que los políticos no quieren enfrentarse como es debido, y cuyo origen reside en su estructura financiera, asociada, a la vez, a su fórmula de gasto, ambos politizados tiempo atrás. Así, las prestaciones para contingencias que los trabajadores sufragan mediante su vida laboral, por enfermedad o accidentes, por desocupación o pérdida transitoria del empleo, por retiro o jubilación, por cobertura familiar en caso de fallecimiento, quedan en manos de políticos o autoridades y de ciertos grupos privados (sindicatos y patronales) cuyo cariz es más político o administrativo que otra cosa.
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