domingo, 10 de mayo de 2015

SOBRE LOS (MALOS) SENTIMIENTOS NACIONALES

Rolando Cordera Campos / La Jornada
Desde la tribuna o el púlpito electrónico, como le llamaba León García Soler, la tentación de declarar la actual circunstancia como la última posible se ha vuelto abrumadora. Lo que hemos aprendido, en particular aquellos aprendices de la opinión que quiere ser opinión pública, es que, primero, la hora señalada (humilde homenaje a Gary Cooper) se empeña en retrasar su llegada y que, por los azares del destino o las truculencias de los malos, la espera puede prolongarse hasta el fin de los tiempos. De aquí la necesidad de estar prevenidos contra los cantos de las sirenas que nos llaman, no a salvar a la patria sino a abandonarla.

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