Raymundo Rivas Palacio / Eje Central
Mario
Ávila, un administrador de empresas y distribuidor de automóviles en
Campeche, tuvo la fortuna de haber sido amigo de la familia Mouriño,
cuya figura más pública, Juan Camilo, lo metió al servicio público y a
la política. Tras su muerte en una accidente, su padre y su hermano,
siguieron impulsándolo con el presidente Felipe Calderón, que al
respaldarlos entró, al escándalo de Oceanografía y
a sus contratos millonarios con Pemex, al ser el responsable directo de
haber puesto a Ávila a manejar discrecionalmente parte de los tesoros de la paraestatal.
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