El gobierno de Enrique Peña Nieto no bien acaba de empezar una
‘estrategia’ para apaciguar la violencia en un estado cuando ésta ya
repunta en otro. Es el caso de Tamaulipas, donde el descabezamiento de
las facciones del Cártel del Golfo que operan en las ciudades de
Tampico, Matamoros y Reynosa sembró de cadáveres estas plazas y enfermó
de zozobra a los ciudadanos. Ex militantes y personas cercanas al grupo
criminal comentan a Apro que la disputa por el liderazgo enfrenta a los
sicarios de la organización y evidencia la complicidad de las
autoridades, que no hacen nada por controlar la situación. Muestra de
ello, dicen, son las balaceras de las últimas dos semanas, que
provocaron medio centenar de muertos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario