martes, 15 de abril de 2014

LA REFORMA FISCAL DE 2016

Samuel García / 24 Horas
Entre empresarios, académicos y observadores existe la idea generalizada de que la reforma fiscal que planteó el gobierno y aprobó el Congreso en noviembre pasado fue un fiasco.
Esta idea subyace porque se piensa -y no sin razón- que en términos generales los costos para los ciudadanos, derivados de las nuevas medidas fiscales aprobadas, son mucho más elevados que los beneficios que obtendrán los propios ciudadanos en el mediano plazo. Un juego de “perder-perder” para quienes en las últimas décadas no han visto una retribución directa de los cambios en la política fiscal en su nivel de bienestar; mientras que el gasto corriente del gobierno se ha elevado fuertemente en la última década, sin control.

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