Joaquín Estefanía / El País
El mismo año en el que, felizmente, algunos datos macroeconómicos
permiten debatir sobre el final de la crisis, apenas se entrevé nada
sobre la recuperación de las condiciones cotidianas de los ciudadanos en
materia de bienestar y, mucho menos, sobre la regeneración de la vida
política, que es un asunto que sobrevivirá a la crisis económica. Esta
es la realidad a pesar de que la intensa propaganda del Gobierno
pretenda convertir las ocas en cisnes.
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