Arnoldo Kraus / El Siglo de Torreón
Tras la expulsión de Rusia por haberse engullido a Crimea, el G-8 se
convirtió en G-7. Con un miembro menos, los países amantes de la
globalización comparten más responsabilidades. Al mundo de los pobres la
salida de Rusia no le servirá: los países globalizadores continuarán
sus rutas, seguirán explotando a los pobres sin miramientos, y
negociarán con los dignatarios que les convenga, independientemente si
se ciñen o no a normas éticas. Una de las grandes irresponsabilidades de
las naciones ricas, sin desdeñar la (co)participación de numerosos
gobernantes sátrapas de países pobres es descuidar la salud de los
pobres.
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