domingo, 6 de abril de 2014

GLOBALIZAR LA ENFERMEDAD Y LA MUERTE

Arnoldo Kraus / El Siglo de Torreón
Tras la expulsión de Rusia por haberse engullido a Crimea, el G-8 se convirtió en G-7. Con un miembro menos, los países amantes de la globalización comparten más responsabilidades. Al mundo de los pobres la salida de Rusia no le servirá: los países globalizadores continuarán sus rutas, seguirán explotando a los pobres sin miramientos, y negociarán con los dignatarios que les convenga, independientemente si se ciñen o no a normas éticas. Una de las grandes irresponsabilidades de las naciones ricas, sin desdeñar la (co)participación de numerosos gobernantes sátrapas de países pobres es descuidar la salud de los pobres. 

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