No saldremos de la crisis sin crecer, pero ya no vale cualquier crecimiento, sino uno respetuoso con el medio ambiente
Joan Majó / El País
Después de cuatro años de crisis parece que por fin van abriéndose
tímidamente algunas grietas en el muro de la austeridad, por donde se
podrían colar medidas de estímulo. Los muros se han levantado con
piedras y con cemento (una suma de imposiciones y de convencimiento),
tanto en Berlín, como en Madrid o Barcelona. Los muros son sólidos, pero
finalmente el cemento del convencimiento se ha ido debilitando y
permite un cierto cambio en las políticas, aunque todavía muy
condicionadas por pesadas imposiciones. En cualquier caso oiremos hablar
de estímulos, y querría hacer algunas reflexiones sobre cuáles son los
más adecuados.
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