Ricardo Riva Palacio / Eje Central
Como
Presidente, Enrique Peña Nieto cumplió este lunes lo que le dijo a Elba
Esther Gordillo en octubre, cuando la maestra le ofreció su cabeza.
“Quiero que me acompañe todo el sexenio”, atajó su ofrecimiento.
Gordillo, que unilateralmente condicionó su permanencia al frente del
poderoso sindicato de maestros a esa plática, decidió entonces
permanecer al frente del magisterio. Para entonces, su yerno Fernando
González llevaba semanas platicando las reformas que planeaba el nuevo
gobierno con Aurelio Nuño, actual jefe de la Oficina de la Presidencia,
que la maestra terminó de digerir el viernes pasado durante una larga
plática vespertina con Peña Nieto. “Fue muy cordial”, dijo un cercano a
Gordillo para enfatizar el clima del encuentro, “y de gran camaradería”.
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