José Blanco /II y última / La Jornada
Entre finales de los
años sesenta y principios de los setenta, se teje en la economía mundial
un nudo formado por el fin de la era Bretton Woods; la imposición del
dólar como dinero fiduciario obligatorio (un oxímoron que opera en el
mundo real); la
flotaciónde los tipos de cambio, la internacionalización acelerada del capital financiero; el hundimiento del perfil tecnológico surgido de la revolución industrial, expresado en la caída por casi dos décadas de la productividad global de la economía del norte; la vigorosa salida de grandes clósets de gobiernos neoclásico-neoliberales, que imponen como prioridad la estabilidad macroeconómica a toda costa. También llega la revolución de los nuevos materiales y las nuevas tecnologías.
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