Frente a la crisis
climática global, los bosques y las selvas son territorios en disputa.
Contenedores de biodiversidad, madera, agua y oxígeno, las tierras son
altamente codiciadas. Sus habitantes (pueblos indígenas y campesinos) son
empujados a participar en la llamada economía verde. La estrategia
pretende garantizar la existencia de las áreas bajo dinámicas de mercado. Para
organizaciones nacionales e internacionales, las políticas diseñadas para
preservar los ecosistemas y así evitar el calentamiento global (que van desde
el pago por servicios ambientales y los programas REDD, hasta las declaratorias
de Áreas Naturales Protegidas) resultan en mecanismos de despojo masivo de
tierras y privatización de los recursos naturales.
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