Marco A. Mares - El Economista
México entra a terreno fangoso, por un cóctel explosivo de factores económicos y políticos, de impacto reservado en el plano de la economía y las finanzas públicas.
Este (14 de noviembre) una de las principales calificadoras crediticias, decidió cambiar su perspectiva sobre México, de estable a negativa. Moody's, observa una combinación de elementos de riesgo son internos y externos. Van desde la Reforma Judicial, hasta la prolongación de la reducción del déficit fiscal en el tiempo, el empeoramiento de la deuda, menor crecimiento económico, los pasivos contingentes de Pemex y hasta la anunciada transferencia universal para la tercera edad que impactaría en las pensiones y el presupuesto gubernamental.
En general, la agencia, señala un debilitamiento del marco institucional y de formulación de políticas que podría socavar los resultados fiscales y económicos. Y en particular advierte que la reforma constitucional de México podría debilitar los controles y equilibrios del sistema judicial, con un posible impacto negativo en la fortaleza económica y fiscal del país. Moody's sigue esperando que México se beneficie de inversiones relacionadas con el nearshoring en los próximos años. Sin embargo considera que las reformas constitucionales pueden disminuir la confianza de los inversionistas. Y esto podría materializarse en menos inversiones y un crecimiento económico que no supere nuestras expectativas de crecimiento a mediano plazo de alrededor del 2%. En el plano internacional, un foco rojo, es el potencial cambio de las relaciones comerciales de México con Estados Unidos.
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