- Policías, militares y otros funcionarios se coludieron con un cártel que secuestró a 43 estudiantes en un caso que lleva casi una década sin resolverse. Unas intercepciones telefónicas muestran la ayuda que brindaron las autoridades al cártel en la desaparición masiva, y las circunstancias que llevaron a ella.
Por Natalie Kitroeff y Ronen Bergman - The New York Times
Esta nota forma parte de una serie de artículos en los que Natalie Kitroeff y Ronen Bergman han investigado los abusos por parte del ejército en México.
[Los mensajes de texto citados en este artículo se han transcrito textualmente sin modificaciones, por lo que contienen palabras soeces, faltas de ortografía y tipografía]
Tal vez sea el caso sin resolver más tristemente célebre de México: agentes de policía les dispararon a 43 estudiantes normalistas, los subieron a la fuerza en patrullas, se los entregaron a un cártel del narcotráfico, y los estudiantes nunca más volvieron a ser vistos.
Durante casi una década, el misterio ha atormentado al país. ¿Cómo fue que un grupo relativamente desconocido pudo cometer una de las peores atrocidades de la historia reciente de México, con la ayuda de la policía y el ejército que veían cómo sucedía el secuestro masivo en tiempo real?

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