Claudia Luna Palencia - El Diario de Coahuila
Encrucijada de culturas. Hoy en día muchas ciudades se pelean por ser la nueva Samarcanda, la mítica perla de la Ruta de la Seda, imprescindible como ninguna en la antigüedad, sobre todo para el trasiego de las especies, la seda, el algodón, los metales y otros enseres entre Occidente y Oriente.
Convertirse en la nueva joya unificadora, de China y Europa, es el sueño de una decena de países que encuentran su gran oportunidad en el proyecto más ambicioso de que se tenga memoria reciente: se llama One Belt, One Road (Una Franja, Una Ruta, al castellano).
Está auspiciado por el indiscutible liderazgo de Xi Jinping, el mandatario del gigante asiático, erigido en moderno estadista de un país que finalmente ha aceptado su rol de epicentro geoeconómico y de contrapeso geopolítico-militar en el siglo XXI.
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