Jesús Silva-Hérzog - El Siglo de Torreón
La catástrofe sanitaria no es un golpe de la naturaleza. De ahí vino, por supuesto, y nadie pudo haber impedido la expansión del contagio y la repetición de la muerte. Lo que era evitable era que la devastación alcanzara estos niveles. La responsabilidad del Gobierno de López Obrador en la tragedia que nos ha enlutado a todos es enorme.
Es un alivio saber que el presidente responde razonablemente bien a la enfermedad. Deseo sinceramente que se recupere rápida y plenamente y encare con salud esta crisis de la que es, en alguna medida, coautor. No autor, pero sí, entre nosotros, su principal colaborador. La responsabilidad que cargará históricamente es gigantesca. No sé que impacto político, que efecto electoral inmediato pueda tener su gestión sanitaria. Pero no me cabe la menor duda de que en los años por venir quedarán las cosas claras. Las mediciones internacionales nos ponen en vergüenza. México ha sido uno de los peores países en el mundo en atender la crisis.
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