José Blanco - Periódico La Jornada
Un editorial de la Deutsche Welle dirigió este haz de luz hacia Estados Unidos (EU): “Ivanka Trump poco antes de su discurso fue bastante acertada: ‘Washington no ha cambiado a Donald Trump, pero Donald Trump ha cambiado a Washington’”. Así es el desastre. Aunque las cosas no cambiaron del negro al blanco con el inefable Donald. Las narrativas falsas en la política circulaban y circulan sin licencia, impunemente, desde hace varios lustros. Con todo, el festín pantagruélico de la mendacidad llegó a la Casa Blanca con el inefable.
Sobre ese festín se han escrito miles de páginas. Leer cualquier número de ellas es constatar la fatiga de los textos, las palabras insuficientes para intentar describir el guarro amasijo de imposturas lanzadas por Trump frente a los medios. Este texto no puede escapar a esa dificultad, pero resulta peor no combatirlo. Es necesario mostrar en todas partes, una y otra vez, al adefesio.
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