lunes, 6 de julio de 2020

FEDERALISMO A LA MEXICANA

  • Destetarse del Gobierno federal no se logrará haciendo un bloque de gobernadores para exigir más recursos para los Estados, sino generando los propios
Diego Pertersen Farah
El presidente Andrés Manuel López Obrador, en la Conferencia Nacional de Gobernadores.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, en la Conferencia Nacional de Gobernadores.PRESIDENCIA

Cuando Alexis de Toqueville, fanático de la república que habían creado los estadounidenses, quiso analizar qué pasaba con esas innovaciones en otros lares, llegó a la conclusión de que las mismas ideas aplicadas a otros países no daba necesariamente los mismos resultados. En lo referente al federalismo, establecido en México en la Constitución de 1924, decía: los mexicanos tomaron prestada la letra, pero fueron incapaces de transferir el espíritu que le había dado vida. (Toqueville y México, José Antonio Aguilar Rivera, Nexos, abril, 1999). El federalismo mexicano ha sido, desde el nacimiento de la República, más un deseo que una práctica. Somos un país centralista en un traje federalista. Copiamos el modelo estadounidense, incluido el nombre de Estados Unidos, los nuestros Mexicanos, los de ellos de América, el modelo federal con sus dos cámaras, una de diputados representando a la población, y otra de senadores, representando los Estados de la República, pero quedó claro que para ser federalistas no bastaba la letra impresa en las leyes sino el espíritu de un territorio que se vale y se vela a sí mismo y se asocia en una federación en aras de una proyecto mayor.

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