domingo, 1 de marzo de 2020

OTRO CISNE NEGRO

  • China ha pasado, de improviso y sin solución de continuidad, de la Ruta de la Seda a la Ruta del Virus
Joaquín Estefanía - El País
 Cuatro repartidores con mascarillas junto a una boca de metro en Shangai, el 27 de febrero pasado.
Cuatro repartidores con mascarillas junto a una boca de metro en Shangai, el 27 de febrero pasado. YIFAN DING/ GETTY IMAGES

 La Gran Recesión, que presentó sus primeros balbuceos en el verano del año 2007 con las hipotecas locas, fue un cisne negro. Casi nadie había previsto lo que iba a ocurrir, y los que lo hicieron no fueron escuchados, como Casandra, y tratados de derrotistas. Un profesor de ciencias de la incertidumbre (¡quién si no!) de origen libanés y nacionalizado estadounidense desarrolló entonces la metáfora del cisne negro y convirtió su libro del mismo título (editorial Paidós) en un extraordinario best seller. Nassim Taleb decía que un cisne negro era un suceso improbable cuyas consecuencias son muy importantes, una tormenta en medio de un cielo estrellado y sin nubarrones que desencadena un huracán. Un cisne negro tiene tres características: es una rareza porque nada puede apuntar de modo convincente a esa posibilidad; produce un impacto tremendo; y la naturaleza humana hace que se inventen explicaciones después del hecho, con lo que entonces se hace interpretable y predecible.

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