- El presidente responde que no cree que Estados Unidos siga siendo objetivo de injerencia política por parte del Kremlin
El presidente de EE. UU., Donald Trump, acepta a regañadientes la conclusión de los servicios de inteligencia de que Rusia interfirió en las elecciones de 2016 través de una campaña de propaganda y ciberataques que buscaba favorecer su victoria frente a la demócrata Hillary Clinton. Este miércoles, un día después de haber tratado de matizar su rueda de prensa del lunes en Helsinki -cuando equiparó la palabra del Kremlin con la de sus agencias de inteligencia y el departamento de Justicia- volvió a contradecir a su equipo al afirmar que Estados Unidos ya no es objetivo de Moscú.
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