Alberto Barranco - El Universal
Elevado al grado de ebullición el hartazgo, hace unas semanas un hombre solitario se acerco a la mesa de un restaurant-cantina cercano a la sede del senado en la comía el líder petrolero Carlos Romero Deschamps y el abogado panista Diego Fernández de Ceballos para lanzarles una retahíla de insultos y calificativos
Aunque la andada apuntaba a los dos, el énfasis se dirigía al dirigente sindical a quien la reciente toma de nota de la Secretaría del Trabajo le garantiza su estadía hasta 2024.
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