Alessandro Pagani - Contralínea
El tráfico de órganos en Italia, Brasil y Palestina tiene un denominador común: la participación de exfuncionarios israelíes pillados con las manos en la masa. La justicia no llega para un número indeterminado de familias que perdieron a sus hijos y cuyos cuerpos fueron encontrados abiertos, sin riñones; otros, con engaños, fueron trasladados a Sudáfrica, donde también fueron sacrificados.
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