lunes, 12 de marzo de 2018

DE ESCALERAS Y BARROTES

Jesús Silva-Herzog - El Siglo de Torreón
La escalera atrapa. Un político es preso de sus peldaños. El instrumento que utiliza para trepar determina, más que el punto de su ascenso, la naturaleza de su mando. El ambicioso se envanece, por
supuesto, con la fantasía de la libertad. Está convencido de que la escalera es solamente un instrumento. Al llegar a la cima podrá tirarla. ¿Qué importa cómo se asciende si al final del día se llega a la cima? El político se convence de que, una vez que llegue al poder, decidirácon libertad, con anchísimaautonomía. Si hoy se ve forzado a pactar es porque es necesario para subir, pero está seguro de que, una vez en la cúspide, hará lo que quiera. Lo correcto, naturalmente. No se da cuenta de que la ruta lo atrapa.

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